Folklore infantil. Parte 5. A la Rurrupata.


Seguimos en esta apasionante "saga", como colaboración a nuestros profesores y parvularias, temas que servirán para iniciar a nuestros niños, a incursionar en nuestro folclore.

La ayuda es mucha, tenemos a nuestros lado a Oreste Plath, Manuel Peña Muñoz, Gabriela Mistral, El Peneca, Elvira Santa Cruz Ossa (Roxane), Alfonso Calderón, Los dibujos de Renato Andrade (Nato), Fray Félix José Augusta, Ramón Laval, Blanca Ossa de Godoy, Alejandro Hermosilla, Ana Fehrman Valdés, Mario Baeza Gajardo, Berta Lastarria de Cavero, Marta Brunet, Ernesto Montenegro, Alicia Morel, Deyamira Urzúa de Calvo, Magdalena Petit Marfán, Humberto Díaz Casanueva, Ester Cossani o Henriette Morvan (Damita duende), Antonio Bórquez Solar, y muchos más, junto a revistas antiguas como: El abuelito, Mamita, El Pibe, Campeón, Colección Cuncuna de Quimantú, etc,etc,etc.




De todos estos autores nombrados, iremos publicando los cuentos o historias infantiles donde ellos destacan, además que si ustedes buscan en las bibliotecas sus libros, se llevarán muchas sorpresas, ya que escribían muy bien y tendrían mucho material para entregar a sus niños.

Hoy nos vamos con un librito pequeño, muy "flaco", poco peso, pasa desapercibido en una biblioteca, pero con un contenido y una calidad que ustedes podrán apreciar en este artículo.

"A la Rurrupata", Canciones para los niños de Chile. Mario Baeza Gajardo. Editorial Universitaria. Colección Escolar. Año 1984. Cubierta e ilustraciones: Beatriz Carrasco.

"Imaginé estas canciones, pensando en mi nieto David Andrés. Si él y su madre las cantan, me harán dichoso". Escribe Mario Baeza.

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Vamos con este libro...

Éste es un libro para deleitarse verdaderamente. Su autor, el distinguido profesor de Educación Musical Mario Baeza Gajardo, de larga y fructífera trayectoria en el medio artístico-musical de Chile y el extranjero, ha tenido la feliz idea de recopilar estas Canciones para los niños de Chile y ofrecerlas, de manera fina y delicada, en este texto.

Los maestros, los padres de familia y los propios niños recibirán este
aporte del maestro Baeza con verdadero placer y hasta alegría —por qué no decirlo— para recordar y cantar estos Arrullos, Rondas, Cantos, Historietas, Trabalenguas y Juegos que conforman su contenido.
El libro constituye, además de su goce estético, un efectivo material de apoyo para la tarea educativa especialmente en los niveles de educación parvularia y básica.

A la rurrupata.

Canciones para los niños de Chile
MARIO BAEZA GAJARDO

MARIO BAEZA GAJARDO.

Profesor de Educación Musical
Ha sido Profesor de Dirección Coral y Educación Musical
en las siguientes Universidades:
Universidad de Chile
Universidad Católica de Chile
Universidad de Concepción
Universidad Técnica del Estado
Universidad Autónoma de México
Universidad Nacional de Buenos Aires
Universidad de Cuyo
Universidad Nacional de Caracas
Fundador y Director del Coro
de la Universidad de Chile durante 10 años
Fundador y Director del Coro
de la Universidad Técnica del Estado durante 18 años
Actualmente es (año 1984):
Director del Grupo Cámara Chile
Presidente de la Corporación Lucrecia León de Arrau
Ha publicado diversas obras de difusión musical
entre las cuales se mencionan:
Cantares de Chile, Cantares de Pascua, Veinte Canciones Chilenas,
Llegó Noel, Conversemos de Música y Para el Nacimiento.

Imaginé estas canciones,
pensando en mi nieto David Andrés.
Si él y su madre las cantan,
me harán dichoso.

Artículo a Mario Baeza Gajardo, por su fallecimiento (1998).

mario_baeza_gajardo_musico_chileno_rurrupata.jpgMARIO BAEZA GAJARDO.


Douglas MacArthur ha dicho que "la juventud no es un período de la vida sino un estado del espíritu" y que "no se envejece por haber vivido cierto número de años sino cuando se abandona un ideal".

Por cierto, la tempestad que quebró el corazón de don Mario Baeza Gajardo lo sorprendió con el velamen de su ideal desplegado en toda su magnitud y si el silencio también es música, como lo asegura el maestro Waldo Aránguiz, la muerte que nada ha ganado llevando su despojo a las profundidades de la tierra, terció sigilosa en el contrapunto paralizando la materia, pero, dejando libre el espíritu y la imagen receptiva de su mirada y el eco inconfundible de su palabra y de su acento. Falleció talvez como siempre lo quiso, dirigiendo un coro.

Quienes, un poco lejanos, pero, no indiferentes, perfilábamos el desafío que ondeaba en el programa radial "Para que todo Chile cante", personificado en la clara voz de Mario Baeza Gajardo con el apoyo técnico y periodístico de Jaime Bravo Palou y Hernán Corón Araya, el año 1952 tuvimos la oportunidad de conocerlos y entrar en el mágico círculo de la música coral en cuyo centro irradiaba don Mario un magnetismo personal y un liderazgo propio de una causa grande y hermosa en la que nos enganchamos haciendo nuestro el propósito de hacer cantar a Chile.

Don Mario fue un hombre auténtico y de convicciones profundas. Decía con fuerza y sin ambages lo que su conciencia le susurraba, sin temor a las réplicas ni a las consecuencias. Fue también hombre de pensamiento y acción y escritor comprometido con una etapa importante de la música en Chile y en Latinoamérica. En lo principal, músico y poeta. Y, en el decir de algunos, poseedor de una creatividad compulsiva con arrestos de cascada o vendaval.

Para don Mario y para quienes con él compartían la aventura del canto coral no era la cordura buena consejera para emplazar un Festival Nacional o Internacional de Coros en cualquier rincón del país. No lo fue en Concepción, Linares, Constitución, Antofagasta, Angol o Viña del Mar. Desde ese genio y esa insanía iniciaría el "Tren que canta" su trayecto maravilloso, abriendo en cada estación los viejos arcones de la música coral para echar al vuelo el espíritu de Palestrina, Orlando de Lassus, Horazio Vecchi, Josquin des Prés y el de todo los grandes autores. Y con ellos reclamando espacio e identidad toda la polifonía de las Américas.

La Federación de Coros de Chile, nacida en San Antonio, es otra estrella lograda al calor de una convocatoria tallada a punta de mensajes y visitas allí donde surgiera el eco a la llamada. Todo ello sin sesudos presupuestos ni prudentes resguardos económicos, pero, sí, con creatividad y un coraje a prueba de remesones y deudas. Jamás dijo NO a un desafío. Tampoco a la necesidad de comunicarse con todos los coros del país fundando con maestría y sabio contenido la Revista VOCES, órgano oficial de la flamante y dinámica Federación de Coros de Chile.

Don Mario vivió en perfecta sintonía con la juventud. El Coro de la Universidad de Chile, el Coro Cámara Chile, el Coro del Instituto de Educación Física, el Coro de la Universidad Técnica del Estado, el de la Familia Domínguez y otros que el cronista no tiene en mente, dan testimonio de esta realidad. Sus últimos esfuerzos los dirigía hacia el mundo estudiantil con canto a una voz, masivo y prometedor de grandes jornadas y de nuevos talentos. Su apoyo determinante para la formación del Coro del Puerto de San Antonio da una dimensión de su receptividad y visión de futuro. Todo hecho con espíritu de coro y con valores extraídos de lo más profundo del Humanismo Cristiano que están en los trazos de sus actos y proyectos.

La biografía de don Mario Baeza Gajardo será un ejemplo de alegría y capacidad de compromiso, de un amor entrañable por la música, de una entrega irrenunciable al servicio de una causa noble, un horizonte de renovados afanes, una prodigiosa siembra de amistad y una cantera de sueños templando los cinceles de su imaginación. Y tantos otros dones que hacen de él un personaje inolvidable.

Fue poseedor de un espíritu que no muere, que permanece y se proyecta.
Fue siempre joven porque jamás renunció a su ideal.
Amigos, la muerte sólo ha venido en busca de un muchacho de algo más de ochenta años.

RAMÓN ACUÑA CARRASCO.- (Publicado en El Líder Diario de San Antonio el 20 de Septiembre de 1998)

RECADO.

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Al Lector Adulto.

Algunas de estas 84 canciones tales como El viejo aceitero, Las niñas de la Angostura, El Ratónico, Así le hace Juan, Los pollitos o A la rurrupata son chilenas de principio a fin y de siempre.

Otras se encuentran dispersas en distintos países de América, con ligeras o mayores diferencias según las regiones, como herencia de la familia hispánica. Así es el caso de Mandandirun dirundán, Arroz con leche. La viudita, Al alimó o La pájara pinta. Una que otra nos llegaron de la tradición universal, en barcos ingleses, franceses o alemanes, como Mambrú, A la una, Capitán de buque o El tren.

Para un mejor ordenamiento hemos dividido estas melodías en seis secciones, pero es evidente que varias podrían cambiar de lugar sin mayor problema.
El auténtico destinario de estas canciones es el niño. Para motivarlo, el autor sugiere —casi ruega— leerle los párrafos siguientes.

logo_contando_el_cuento.jpgAl niño.

Escucha, estas canciones son tuyas y para ti. Tal vez no puedas leerlas todavía, ni tampoco deletrear este recado que ahora te envío. Tu papá, tu mamá, tus tíos o quizá tu maestra te contarán cómo nació la idea de reunirías.

Cuando era niño, mi mamá cantaba mientras mis ocho hermanos y yo nos divertíamos —al caer la tarde— cantando también con ella. Ésa fue mi primera lección.

Por mi propia cuenta, fui escuchando otras canciones en los corrillos del barrio (no había, entonces, radios que nos perturbaran) o a la señorita Filiberto, en la escuela del Cerro donde estudiaba.
Más tarde, ya por otros caminos, escuché muchísimas a Chita, la madre de mis hijas. También investigué sobre ellas en mis innumerables viajes por Chile.

Para que todo ese tesoro de canciones no se lo llevara el viento, publiqué sus textos en dos libros que se llaman Cantares de Chile junto a tonadas, villancicos, himnos y bailes de nuestro país.
Muchos años anduvieron estos libros de mano en mano. Siempre alguien me decía: —"Qué lástima que no lleven, también, la música".

Un día, mientras andaba de viaje, pensé en dejar a niños de otros países estas canciones de los niños de Chile. Reuní, pues, las músicas y así nació este manojo de 84 canciones que hoy te ofrezco.
No tengo más que contarte. Estos cantos son tan ricos de vida que, cantándolos, tu vida y la de tus amiguitos y compañeros se harán más ricas. ¿Quieres ser feliz y, de paso, también hacerme feliz? ¡Cántalos!

Tu viejo amigo
Mario Baeza.

ARRULLOS.

a_la_rurrupata149.jpgA la rurrupata
A la rurrupata
que parió la gata
cinco borriquitos
y una garrapata.

Duérmete, niñito,
duérmete, por Dios,
por los capachitos
de San Juan de Dios.

Duérmete, niñito,
duérmete otra vez,
por los capachitos
del santo José.

Duérmete, niñito,
que ya viene el toro,
con sus pies de plata
y sus cachos de oro.

Duérmete, niñito,
que tengo que hacer:
lavar las mantillas,
sentarme a coser.

Duérmete, niñito,
que viene la cierva
a saltos y brincos
por entre las piedras.

Duérmete, niñito,
que viene el venado
a comerte el poto
todito mojado.

Partitura de "A la rurrupata", Mario Baeza Gajardo.

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 Texto biografía y foto de Mario Baeza Gajardo web: http://www.ellitoraldelacultura.cl/principalcoral.htm

Donde comprar este libro: en Librería Universitaria, como ésta es una edición de 1984, si no la encuentran: ver librerías de "libros viejos" en calle San Diego. 

(Ir a Folclore Infantil. Parte 6. Títeres y Marionetas).

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